Por fin comienza el gobierno español y europeo a tomar medidas. ¿Será porque 2030 está cada vez más cerca? ¿O los fabricantes tiene que pagar cada vez más por la materia prima?
Hasta ahora las medidas tomadas habían sido un pequeño control en grandes empresas o la obligación de cobrarle la bolsa de plástico a los consumidores. Ahora, la nueva Ley de Residuos y Suelos Contaminados obligará que limita el uso de los plásticos en ciertos ámbitos, sobre todo en la alimentación, y lo mejor de todo: incorpora restricciones a su venta además de fijar objetivos para su reciclaje.
Nuevos impuestos a los envases de plástico, la única manera de concienciar al fabricante y al consumidor… mejor dicho al fabricante: Por cada kg de de plástico no reutilizable generado se cobrarán 0,45€ al fabricante. Esto divergirá de las siguientes maneras:
- Subida al consumidor del producto final.
- Reducción del margen de beneficio del fabricante.
- Rediseño del producto por parte del fabricante para ser más sostenible – lo que es una buena noticia –
En un mes, el 3 de Julio, por fin serán prohibidos algunos de los productos más dañinos:
- Bastoncillos de plástico
- Cubiertos de un solo uso
- Platos
- Pajitas y agitadores de bebida
- Palitos, como los que sostienen globos o se utilizan con fines de un solo uso
- Recipientes y vasos de poliestireno expandido, incluido tapas y tapones
No es que no se puedan reciclar estos productos, pero sí que son los más difíciles ya que o tienen diferentes materiales que no se pueden separar o el producto incorpora algún tipo de residuo que hace que sea más caro y dañino limpiarlo y reciclarlo que no reciclarlo.
Con estas medidas se propone llegar a 2026 con un 50% menos de envases de plástico y un 70% en 2030.
